8 de marzo de 2012

LA NECESIDAD E IMPORTANCIA DE LAS RUTINAS


El tiempo es un concepto abstracto para el niño. Con las rutinas cotidianas (alimentación, aseo, tiempo de juego, descanso,...) comienzan a orientarse temporalmente.


Las rutinas son procesos fundamentales en el desarrollo de nuestros niños. Éstas cumplen un papel muy importante en la organización diaria, ya sea en la escuela infantil, como en casa; porque estos ritmos ayudan a respetar los principios de desarrollo cognitivo y permiten la repetición de actividades, aportando seguridad al niño de saber qué es lo que se espera de él. También lo ayudará a desarrollar el sentido de la responsabilidad, contribuyendo a la interiorización de hábitos de trabajo imprescindible a la hora de realizar tareas.

Los padres debéis compartir con el niño la responsabilidad de las tareas en el hogar, ordenar su habitación, recoger los juguetes, poner la mesa, dar de comer a las mascotas, etc. La repetición de estas rutinas potencia en el niño el desarrollo de la identidad y autonomía propia, constancia y estabilidad emocional.


Determinar horarios fijos para realizar las actividades, tales como, ir a dormir, a comer, a la llegada de la escuela, a jugar…, es muy importante. Esto permite la captación del tiempo y de los procesos temporales. El niño aprende la existencia de “fases o etapas”, es decir, una secuencia encadenada de sucesos que se repiten.


Las rutinas simples que les enseñamos a nuestros niños en la escuela, se asimilan como bloques de construcciones, que posteriormente permiten lograr destrezas más complejas que constituirán una sólida base para su aprendizaje, madurez e independencia futura; sin olvidar, el fomento de valores de compañerismo, respeto, etc.


En la escuela, nuestras rutinas comienzan con el abrazo y saludo, dando la bienvenida a nuestros compañeros y a nuestra mascota. Luego, en la asamblea, pasamos lista y hacemos memoria para recordar que compañero ha faltado a la escuela, así como establecer el día en el que estamos, el tiempo que hace, aprendizaje de canciones, etc.

Posteriormente, la realización de la actividad del día para trabajar el desarrollo integral del niño. El aseo constante en nuestros alumnos para crear hábitos saludables y de higiene. El recreo que les permite mantener contacto con los niños de las demás aulas. La hora de comer que nos establece pautas en el comportamiento, experimentación ante los distintos alimentos y hábitos saludables. El sueño, que permite trabajar la relajación en el niño.


Por ello, el establecimiento de las rutinas y ritmos será muy favorecedor en el proceso de enseñanza-aprendizaje, consiguiendo en el niño su estabilidad, referencia y orientación espacial.


Hay que tener muchísima paciencia para enseñar y esperar a que los niños completen tareas de, vestirse, permanecer sentados para comer durante un tiempo determinado, etc. Es sumamente importante darle el tiempo necesario para que termine a su propio ritmo; al igual que, hacer que sepa con palabras o con abrazos y gestos cariñosos, que lo ha conseguido.

Os dejamos aquí, el enlace de algunas de nuestras fotos. Esperamos que disfrutéis al verlas!!

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