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EL NIÑO QUE NO ES ORDENADO por Pepe López-Psicólogo
El desorden para los niños y niñas puede ser un juego para ellos. Cuantos más juguetes y objetos tengan a su alrededor, mejor se lo pasan y más divertido le resultan. Los padres se enfadan y terminan por castigar estas conductas; creen que el orden debe ser una cualidad que el niño debe tener y cuando no obedecen, terminan por asumir ellos la responsabilidad y los niños aprenden a que otras personas lo hacen por ellos.
Cada uno en casa debe asumir la responsabilidad de poner orden a sus cosas y para ello, hay que enseñar al niño a cuidar de sus pertenencias y tenerlas en el sitio adecuado. Se le recompensará cada vez que sea capaz de encontrar sus cosas cuando las necesite y el niño estará orgulloso de su éxito.
Cuando el niño no asume su responsabilidad y no es ordenado, podemos hacer lo siguiente:
1. Debemos explicar al niño que existen zonas en casa que son de todos y zonas, que son de su pertenencia. Debe respetar los espacios de los demás sin dejar nada que pueda molestar. Es conveniente ofrecerle un espacio propio para que ordene sus cosas y podemos ayudarle a crear su espacio buscándoles rincones atractivos, cajas divertidas para guardar, clasificando los juguetes y sus ropas. El lugar elegido para ordenar debe ser fácil de llegar y cómodo, disponer de muebles pequeños y sin dificultad de manejar.
2. Jugar con el niño a pegar etiquetas con los nombres de los objetos, colorear los espacios, elegir rincones favoritos.
3. Hacer partícipe al niño del orden de las demás zonas de la casa y animarle a que decida cómo ordenar las cosas. Por ejemplo, le podemos pedir que elija los recipientes para guardar los alimentos en la cocina, los colores, los tamaños y el lugar que más le guste.
4. Puede ayudarle a su hijo las primeras veces, explicar cómo es mejor hacerlo y servirle de ejemplo. Anime al niño cuando está recogiendo sus cosas y valore lo que está haciendo bien.
5. No discuta con el niño cuando no asuma la responsabilidad. El niño no debe entender que ser desordenado le molesta mucho a sus padres. No repita muchas veces las instrucciones, ni utilice un tono de riña con él. Si no obedece, explica las consecuencias de su conducta y actúe de manera inmediata.
6. Las consecuencias de no obedecer son:
- no discutir sobre el tema,
- dejar claro lo que implica no ser ordenado,
- castigar con aislamiento o puntos negativos que no tienen premios,
- retirar durante un tiempo los juguetes que no ha ordenado.
7. Valorar y elogiar los logros y premiar de manera ocasional el éxito de su tarea.
8. Proporcionarle al niño estrategias que le ayuden a ser ordenado, tales como: inventarnos juegos que impliquen ordenar, premiar entre hermanos el que mejor lo haga y el que más rápido lo consiga, dedicar un día para que toda la familia limpie y ordene cada uno sus cosas.
Espero que os gusten los artículos y que las recomendaciones que os propongo os ayuden en la educación de vuestros hijos e hijas. Si deseáis que los artículos que redacto atiendan a algún tema concreto, no dudéis en enviarnos al correo de la escuela, vuestras propuestas.
Gracias y saludos.
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